domingo, 2 de enero de 2011

Pasado y futuro destacan dentro de la caravana nacional

Boris Garafulic, hijo de la leyenda de las tuercas criollas, corre este Dakar.

Por primera vez, 26 vehículos chilenos participarían de la largada, siempre y cuando todos logren completar exitosamente el trámite de las verificaciones técnicas. La diversa delegación nacional cuenta con pilotos de entre los 20 y los 65 años, provenientes de ciudades tan distantes como Iquique y Concepción, y con diferencias abismales entre algunos presupuestos.
El grupo incluye a próceres del automovilismo nacional, como Eliseo Salazar, pero también da cabida a conductores casi anónimos, como el veterano Diego Izquierdo o el antofagastino César Zuleta. Las diferencias son importantes, pero la gran mayoría comparte la aspiración de poder terminar la carrera, pues sólo Francisco López tiene opciones de disputar seriamente la victoria.
Dentro de la caravana nacional, hay dos personajes que remiten a distintas épocas del deporte tuerca en el país. Uno es Boris Garafulic Litvak. Su nombre tiene valor histórico, pues su padre, Boris Garafulic Stipicic, es considerado una de las leyendas del automovilismo chileno. "A mi papá le hubiera encantado correr el Dakar", dijo hace algunas semanas a La Tercera el emergente piloto nacional, quien correrá junto al español Joan "Nani" Roma en el equipo Nissan Overdrive. Impulsado por su amigo Luis Eguiguren, decidió retomar la pasión tuerca heredada de su papá. La amistad con uno de los ejecutivos del equipo permitió que pudiera subirse a uno de los autos más potentes del bivouac.
El trato del santiaguino con los europeos incluía otra carrera además del Dakar, por lo que el chileno tuvo la oportunidad de probar la máquina en el Rally de Marruecos. Todo iba de maravilla. Garafulic marchaba en un expectante décimo lugar, hasta que tuvo que regresar ya que su hija celebraba su confirmación. El piloto nacional abandonó la prueba y decidió regresar ahora, en el Dakar.
La promesa
Así como Garafulic representa una época dorada del deporte motor chileno, Rodrigo Caballero puede ser considerado como el futuro. Por segundo año seguido, Caballero será el piloto más joven del Dakar.
Si bien este año no alcanzó a completar la vuelta entera hasta Buenos Aires, las condiciones se ven bastantes más favorables en 2011. Gracias al esfuerzo de su padre, el joven huasquino de sólo 20 años consiguió subirse a una KTM 450 Rally Factory, la última joyita de la marca austríaca. Este hecho lo convierte en uno de los pilotos privados de la escudería de motos cross country más importante del mundo, aunque en una condición distinta a la de figuras como Marc Coma y Cyril Despres.

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