“No me quiero dedicar a esto, termina el Dakar y vuelvo a mis negocios”, aseguró Boris Garafulic tras ubicarse en la segunda etapa disputada entre Córdoba y Tucumán como el mejor chileno en la categoría autos.
Su vida, su familia, su historia está ligada al automovilismo de manera inseparable. Su padre, Boris Garafulic Stipicic fue un corredor legendario de nuestro país.
Seguramente a las nuevas generaciones los nombres de Raúl Jaras y Bartolomé Ortiz no les dirán demasiado, pero es cosa de buscar un poco para darse cuenta quienes fueron.
Se trataba de verdaderos héroes deportivos de la época, la era romántica, la era de competencias a través de las carreteras de Chile y latinoamérica, y la época donde el circuito de las Vizcachas florecía a plenitud.
Boris hijo tiene la velocidad en la sangre, pero no es su finalidad en la vida. Los contactos con los amigos adecuados (Jean-marc Fortin, quien es dueño del equipo), y una fuerte inversión, lo pusieron para este Dakar en el equipo Over Drive donde corre Joan Roma –la misma escudería en la que en algún minuto quisieron participar Eliseo Salazar y Carlo de Gavardo- .
El team cuenta con camionetas Nissan Navarra de punta, pero su nula experiencia en competencias hicieron razonable una participación preliminar al Dakar.
Marruecos fue la estación escogida, éxito total e inesperado. Corría el 24 de octubre del año pasado y Boris Garafulic marchaba dentro de los diez primeros del rally marroquí, pero decide retirarse.
La confirmación de uno de sus hijos aguarda por él en Santiago, la camioneta y la logística del equipo lo han dejado satisfecho y sus objetivos en este deporte no son inmediatos ni futuro, quiere correr el Dakar, dar la vuelta y darse el gusto de la vida, punto y final.
Su compañero de escuadra “Nani” Roma está sorprendido: “El tío este corre un fenómeno, sin experiencia está realizando una presentación fenomenal. Verdaderamente no creo que se retire después del Dakar, está recién aprendiendo y mejora día con día”. El ex compañero de Carlo de Gavardo en el equipo oficial KTM tiene razón, hoy Garafulic terminó entre los veinte primeros en la etapa previa al retorno a Chile y amenaza con seguir avanzando.
Aquel 23 de Abril del 2008 en Zapallar, el fallecimiento de Boris Garafulic padre -a los noventa años-, parecía dejar aquel apellido inscrito sólo como una linda historia para contar del automovilismo nacional.
Hoy a once etapas del final del Dakar 2011 el apellido Garafulic vuelve hacerse presente en la historia del deporte chileno, tal vez para volver a instalarse, o tal vez sea sólo un relumbrón de un tipo que lleva la velocidad en la sangre como solo unos pocos lo saben hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario